Al principio pensamos que Beethoven era sordo porque tardó varios años en ladrar. Sin embargo, un día, durante un paseo, nos sorprendió con un gran ladrido que aún recordamos. Actualmente vive en La Mancha junto a sus tres hermanos. Le encanta disfrutar de largos paseos y jugar con otros perros. Siempre curioso, de pequeño, mientras exploraba y olfateaba todo a su paso, tuvo un inesperado encuentro con una abeja. Lamentablemente, no salió bien librado de la situación y regresó con el moflete hinchado por la picadura del insecto.